viernes, 20 de enero de 2012

VIDEO DE MOTIVACIÓN EN ESTUDIANTES

autoestima

TRABAJO DE AUTOESTIMA COMO PARTE DEL MODULO DE AUTORREALIZACIÓN
Validación de la Escala de Motivación Educativa (EME) en Paraguay

Validation of the Academic Motivation Scale (AMS) in Paraguay


Juan Luis Núñez Alonso1, 2
Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, España



RESUMEN
El propósito de esta investigación ha sido validar en Paraguay la Escala de Motivación Educativa (EME) utilizando una muestra de estudiantes universitarios. Los resultados del análisis factorial confirmatorio y de las correlaciones entre las subescalas de la EME y el autoconcepto académico apoyan la validez de constructo de la escala. Asimismo, la consistencia interna ha sido aceptable en todas las subescalas. Finalmente, se han obtenido diferencias de género que indican que las mujeres presentan, en general, un perfil más autodeterminado que los hombres. Estos resultados apoyan el uso de la EME para evaluar la motivación en educación en Paraguay.

Palabras clave: Motivación extrínseca, Motivación intrínseca, Estudiantes universitarios, Psicometría.

La motivación ha sido uno de los conceptos más estudiados en el contexto educativo. Una de las perspectivas que ha tratado de estudiar la motivación en la educación es la teoría de la autodeterminación que propone diferentes tipos de motivación sobre la base de la interacción entre las necesidades psicológicas del individuo (necesidad de competencia, de autonomía y de relación) y el ambiente: motivación intrínseca, motivación extrínseca y amotivación (Deci & Ryan, 1985, 1991, 2000). Estas dimensiones se sitúan a lo largo de un continuo que refleja el grado de autodeterminación de la conducta desde la amotivación, pasando por la motivación extrínseca hasta la motivación intrínseca (Deci & Ryan, 2000).
La amotivación se sitúa en el nivel más bajo de autonomía en el continuo de los distintos tipos de motivación y tiene lugar cuando no se perciben contingencias entre las acciones y sus consecuencias. El individuo se siente incompetente e incapaz de obtener un resultado deseado (Ryan & Deci, 2000; Vallerand & Bissonnette, 1992).
La motivación extrínseca (ME) hace referencia a la participación en una actividad para conseguir recompensas. La conducta tiene significado porque está dirigida a un fin, es decir, tiene un valor instrumental (Deci & Ryan, 1985; Vallerand et al., 1992). La ME se define como un constructo multidimensional, donde se distinguen cuatro tipos que, ordenados de menor a mayor nivel de autodeterminación, son: regulación externa, introyección, identificación e integración (Deci & Ryan, 1985, 2000). La regulación externa es el tipo más representativo de ME y se refiere a la realización de una actividad para conseguir recompensas o evitar castigos. En la introyección, la conducta sigue en parte controlada por el ambiente y el individuo lleva a cabo su conducta para evitar la culpa o la ansiedad o realzar su ego u orgullo. En la identificación, el sujeto atribuye un valor personal a su conducta porque cree que es importante y la actividad es percibida como una elección del propio individuo. Por último, la integrada es el tipo de ME más autodeterminada y ocurre cuando la consecuencia de la conducta es congruente con los valores y necesidades personales.
La motivación intrínseca (MI) es el prototipo de conducta autodeterminada (Ryan & Deci, 2000) y se considera un constructo global en el que pueden ser diferenciados tres tipos: hacia el conocimiento, hacia el logro y hacia las experiencias estimulantes (Vallerand et al., 1992). La MI hacia el conocimiento hace referencia a llevar a cabo una actividad por el placer que se experimenta mientras se aprenden nuevas cosas. La MI hacia el logro puede ser definida como el compromiso en una actividad por la satisfacción que se experimentan cuando se intenta superar o alcanzar un nuevo nivel. Finalmente, la MI hacia las experiencias estimulantes tiene lugar cuando alguien se involucra en una actividad para experimentar sensaciones estimulantes y positivas intelectuales o físicas.
Para evaluar los distintos tipos de motivación dentro del continuo de la autodeterminación, Vallerand, Blais, Brière y Pelletier (1989) desarrollaron y validaron en francés la Échelle de Motivation en Éducation (EME). Esta escala está formada por 28 items distribuidos en siete subescalas de cuatro items cada una que evalúan los tres tipos de MI, tres tipos de ME (regulación externa, introyección e identificación) y la amotivación. Los estudios de validación (Vallerand, 1989) revelaron que la EME tenía niveles satisfactorios de consistencia interna, con una media en el alfa de Cronbach de .80, y unos altos índices de estabilidad temporal, una media de .75 en la correlación test-retest, después de un período de un mes. Los resultados del análisis factorial confirmatorio confirmaban la estructura de siete factores de la EME y la validez de constructo fue probada a través de las correlaciones entre las siete subescalas del instrumento. Además, la EME ha sido capaz de predecir la conducta de abandono educativo (Vallerand et al., 1992).
Posteriormente, Vallerand et al., (1992) tradujeron al inglés la EME denominándose Academic Motivation Scale (AMS) en una muestra de estudiantes universitarios canadienses. Los resultados indicaron, en general, una buena fiabilidad tanto en consistencia interna con un alfa de Cronbach entre .62 y .86 como en estabilidad temporal con una correlación test-restest entre .71 y .83. Respecto a la validez de constructo, el análisis factorial confirmatorio corroboró la estructura de siete factores. En un estudio posterior, Vallerand et al. (1993) obtuvieron niveles adecuados en la evaluación de la validez de constructo a través de la correlación entre las siete subescalas.
Utilizando una muestra de estudiantes universitarios estadounidenses, Cokley, Bernard, Cunningham y Motoike (2001) confirmaron la estructura de siete factores de la escala y no encontraron diferencias significativas en cuanto al género de los participantes. Además, establecieron relaciones entre las subescalas del AMS y el autoconcepto académico para probar su validez de constructo y encontraron que los individuos con mayor autoconcepto académico presentaban un locus de control más interno y estaban más intrínsecamente motivados. Fairchild, Horst, Finney y Barron (2005) analizaron las propiedades psicométricas del AMS en una muestra de estudiantes universitarios obteniendo que la estructura que mejor se ajustaba a los datos fue el modelo oblicuo de siete factores con unos niveles de consistencia interna que oscilaron entre.77 y .90 en el alfa de Cronbach.
Recientemente, ha sido validada la versión española de la EME (Núñez, Martín-Albo, & Navarro, 2005) cuyos resultados confirmaron la estructura de siete factores correlacionados propuesta por Vallerand et al. (1992). La consistencia interna osciló entre .67 y .84 en el alfa de Cronbach y la estabilidad temporal mostró correlaciones test-retest con valores situados entre .69 y .87. Asimismo se encontraron diferencias de género en todas las subescalas excepto en la subescala regulación introyectada. En concreto, las mujeres puntuaron más alto que los hombres en las tres subescalas de MI y en la subescala regulación identificada.
Puesto que la EME ha sido inicialmente validada en francés y posteriormente en inglés y español, mostrándose en todos los casos como un instrumento adecuado para evaluar la motivación en el contexto educativo, nos hemos propuesto realizar una validación de la EME en Paraguay y realizar una evaluación de sus propiedades psicométricas. En definitiva, los objetivos que nos proponemos en este trabajo son: a) evaluar la validez de constructo de la EME; b) evaluar la consistencia interna; y, c) evaluar las diferencias de género en cada uno de los factores.

Método
Participantes
La muestra utilizada en este estudio está compuesta por 411 estudiantes de la Universidad Autónoma de Asunción/ Paraguay de los cuales 226 son mujeres y 185 hombres. El rango de edad se sitúa entre 17 y 40 años, con una media de edad de 21.67 años (SD = 4.67).
Instrumentos
Tras ser evaluada la comprensión de la redacción de los items de la Escala de Motivación Educativa por una comisión de expertos en motivación educativa formada por profesores de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria/España y de la Universidad Autónoma de Asunción/Paraguay, se utilizó la validación española de la Escala de Motivación Educativa (Núñez et al., 2005), sin modificaciones en la redacción de los items. La escala está formada por 28 items distribuidos en siete subescalas de cuatro items cada una que evalúan los tres tipos de MI (MI al conocimiento, MI al logro y MI a las experiencias estimulantes), tres tipos de ME (regulación externa, regulación introyectada y regulación identificada) y la amotivación. Cada uno de los items son respuestas a la pregunta “¿Por qué vas a la universidad?” y se puntúan de acuerdo a una escala tipo Likert de siete puntos desde 1 (No se corresponde en absoluto) hasta 7 (Se corresponde totalmente), con una puntuación intermedia 4 (Se corresponde medianamente).
El autoconcepto académico se midió utilizando la subescala o dimensión Académica del cuestionario Autoconcepto Forma 5 (AF5; García & Musitu, 2001) recientemente validada por Tomás y Oliver (2004) que se refiere a la percepción que el sujeto tiene de la calidad del desempeño de su rol como estudiante y que consta de séis items utilizando un rango de respuesta que oscila de 1 a 99 con el fin de afrontar el problema de la aquiescencia, siendo 1 la puntuación que designa total desacuerdo con la formulación del ítem y 99 un total acuerdo con él.
Procedimiento
Se estableció contacto con las autoridades académicas de la Universidad Autónoma de Asunción que autorizaron la investigación; posteriormente se solicitó la colaboración de los profesores y tres investigadores administraron la EME a los estudiantes de forma colectiva en las aulas y en una sola sesión. Los estudiantes fueron informados del objetivo de la investigación y se les comunicó que la participación era voluntaria y confidencial para evitar, en la medida de lo posible, la deseabilidad social, y se les solicitó que contestaran con la mayor honestidad posible. Los investigadores estuvieron presentes durante la aplicación para proporcionar la ayuda necesaria y verificar la correcta cumplimentación de la EME.

Resultados
Análisis Estadísticos
Para analizar la validez de constructo se realizó un análisis factorial confirmatorio y un análisis de las correlaciones entre el autoconcepto académico y las siete subescalas del EME. La consistencia interna de las subescalas se analizó a través del alfa de Cronbach y las diferencias de género fueron analizadas mediante la prueba t-test. Para el análisis factorial confirmatorio se utilizó el programa AMOS 5.0 y para el resto de los análisis el paquete estadístico SPSS 13.0.
Análisis Descriptivo de los Items
En la Tabla 1 se muestran los estadísticos descriptivos de los 28 items de la EME (media, desviación típica, asimetría y curtosis). Como se puede observar, en general, los índices de asimetría y curtosis son próximos al valor cero, lo que indica semejanza con la curva normal, aunque existen algunos items que presentan valores superiores a 1.96 lo que representa un cierto alejamiento de la distribución normal. Estos resultados permiten la utilización de técnicas factoriales de máxima verosimilitud en el análisis factorial confirmatorio que realizamos a continuación.


Análisis Factorial Confirmatorio
A través de este análisis podemos observar en qué medida el modelo teórico de siete factores correlacionados propuesto por Vallerand et al. (1989) se ajusta a los datos utilizados. Este análisis se ha llevado a cabo utilizando la estimación de máxima verosimilitud y la matriz de covarianza entre los ítems como input para el análisis de datos.
Respecto a los índices basados en las covarianzas del modelo frente a las observadas se ha seleccionado el GFI (Goodness of Fit Index), que se relaciona con el error cometido al reproducir la matriz de varianzas y covarianzas y que debe ser mayor o igual a .90 para aceptar el modelo (Bentler, 1995); el valor de p asociado con el estadístico chi cuadrado, que prueba el modelo nulo frente al hipotetizado y el SRMR (Standardized Root Mean Square Residual) que minimiza el problema derivado del tamaño de la muestra y en el que valores de .06 o menores indican un excelente ajuste (Hu & Bentler, 1999). Entre los índices basados en la comparación del modelo con un modelo alternativo se han seleccionado el CFI (Comparative Fit Index), que compara la discrepancia entre la matriz de covarianzas que predice el modelo y la matriz de covarianzas observada, con la discrepancia entre la matriz de covarianzas del modelo nulo y la matriz de covarianzas observadas para evaluar el grado de pérdida que se produce en el ajuste al cambiar del modelo propuesto al modelo nulo y que por convención su valor debe ser igual o superior a .90 para aceptar el modelo (Shumacker & Lomax, 1996); y el IFI (Incremental Fit Index), que es un índice más consistente que otros estimadores y que indica mejoras en el ajuste del modelo por grados de libertad en comparación con la línea base del modelo independiente y que debe tener un valor igual o superior a .90 (Shumacker & Lomax, 1996). Entre los índices basados en las covarianzas del modelo frente a las observadas, corregidos por la pérdida de parsimonia se ha seleccionado el RMSEA (Root Mean Square Error of Approximation), que es un índice que presenta una distribución conocida que permite calcular intervalos de confianza para el índice y que por convención se entiende que presenta un buen ajuste si su valor es menor o igual a .05 (Jöreskog & Sörbom, 1993).
El análisis confirmatorio inicial de los siete factores correlacionados que se corresponden con las siete subescalas, mostró un chi cuadrado significativo (÷2=747.719, df=329, p< .01), con un GFI=.88, el IFI=.90, el CFI=.90, un RMSEA=.06 y el SRMR=.05. Atendiendo a los índices de modificación, se establecieron cuatro interacciones de errores estandarizados (en concreto, entre los items 2 y 3; 20 y 21; 27 y 28; 11 y 18) y se llevó a cabo un nuevo análisis cuyos resultados mostraron un mejor ajuste del modelo, con valores de GFI=.90, IFI=.93, CFI=.93, RMSEA=.05; SRMR=.04 y un chi cuadrado significativo (÷2=625.727, df=325, p≤ .01).
Los pesos de regresión estandarizados en el factor amotivación oscilaron entre .38 y .83, en el factor regulación externa entre .46 y .79, en el factor regulación introyectada entre .64 y .73, en el factor regulación identificada entre .52 y .68, en el factor MI al conocimiento entre .61 y .75, en el factor MI al logro entre .59 y .67 y en el factor MI a las experiencias estimulantes entre .54 y .69. Además, tal y como podemos observar en la Tabla 2, las covarianzas entre las variables latentes fueron altas y fuertes entre las variables referidas a la MI y entre regulación introyectada y las variables de la MI. Es destacable que la variable amotivación presenta covarianzas cercanas a cero respecto a todas las demás variables latentes.


Correlaciones entre las Subescalas de la EME y el Autoconcepto Académico
Las correlaciones entre las subescalas de la EME deberían demostrar la presencia de un continuo (Deci & Ryan, 1985) desde la amotivación hasta la MI, de tal forma que deberíamos encontrar correlaciones altas y positivas entre las subescalas adyacentes y correlaciones negativas entre las subescalas opuestas en el continuo. Para probar la presencia de esas formas específicas de asociación basadas en la teoría de la autodeterminación fueron analizadas las correlaciones entre las siete subescalas utilizando el coeficiente de correlación de Pearson.
En la Tabla 3 podemos observar que las correlaciones entre los tres tipos de MI son fuertes y positivas, con valores entre .60 y .64 (p< .01). Asimismo, observamos que las correlaciones entre subescalas adyacentes son más altas (e.g. entre MI al logro y MI al conocimiento, r=.60, p< .01) que entre aquellas subescalas más alejadas (e.g. entre MI al logro y regulación externa, r=.40, p< .01). De la misma forma, aquellas escalas más opuestas en el continuo (e.g. entre amotivación y MI al logro, r= -.09) presentan correlaciones más negativas que las intermedias (e.g. entre introyectada y regulación externa, r=.62).


No obstante, es necesario destacar que se observan algunas desviaciones respecto del modelo propuesto y que hacen referencia a la subescala de regulación identificada que presenta una correlación más alta con la subescala de regulación externa (r=.49), que está más alejada en el continuo que con la subescala de regulación introyectada (r=.44). De la misma forma, la subescala de regulación introyectada presenta una correlación más alta con MI al logro (r=.54) que con la subescala regulación identificada (r=.44) que es adyacente. Asimismo, debemos hacer notar que la correlación entre amotivación y MI a las experiencias estimulantes es positiva aunque está muy próxima a cero.
Se analizó la relación entre el autoconcepto académico y las subescalas de la EME con el coeficiente de correlación de Pearson, porque hipotetizamos que debería existir una relación lógica entre ambos constructos. Concretamente, el autoconcepto debería estar positiva y significativamente correlacionado con las subescalas de la MI y con la subescala regulación identificada y, al contrario, negativa y significativamente correlacionado con las subescalas regulación introyectada y regulación externa y la amotivación. Los resultados mostraron que el autoconcepto académico correlacionó de forma positiva y significativa con las subescalas regulación identificada, MI al conocimiento, MI al logro y MI a las experiencias estimulantes y de forma negativa y significativa con amotivación. Además, las correlaciones con regulación externa y con regulación introyectada son próximas a cero.
Fiabilidad
La consistencia interna de las siete subescalas de la EME fue evaluada a través del alfa de Cronbach. Los valores obtenidos según se muestran en la diagonal de la Tabla 3, se situaron entre .72 (amotivación) y .79 (regulación introyectada), excepto en la subescala de regulación identificada que obtuvo un valor de .68.
Análisis de las Medias en las Subescalas
Para el análisis de las diferencias de género en función de las puntuaciones medias en las diferentes subescalas, se utilizó el t-test teniendo en cuenta el test de Levene que nos permite estimar la igualdad de las varianzas con un nivel de significación de p< .05. Según se observa en la Tabla 4, los resultados muestran que las medias entre hombres y mujeres son muy similares, aunque existen diferencias significativas en MI al conocimiento donde las mujeres puntúan más alto y en amotivación y en regulación externa donde los hombres alcanzan las puntuaciones más altas.

Discusión
El objetivo de este estudio ha sido analizar las propiedades psicométricas de la EME en una muestra de estudiantes universitarios paraguayos. Los resultados revelan que, en general, se han alcanzado unos niveles adecuados de validez de constructo y fiabilidad en consonancia con los resultados de la versión original en francés (Vallerand et al., 1989), de la versión en inglés (Vallerand et al., 1992) y de la validación española (Núñez et al., 2005).
En lo que respecta a la validez de constructo de la EME, los resultados del análisis factorial confirmatorio presentan una estructura oblicua de siete factores con cuatro interacciones entre errores estandarizados; dicha estructura ofrece unos índices de ajuste similares a los encontrados en las validaciones anteriores (Núñez et al., 2005; Vallerand et al., 1989, 1992). Considerando que en los citados trabajos el número de errores estandarizados correlacionados siempre ha sido superior a seis, el presente estudio ha conseguido acercarse más a la especificación original del modelo. Sin embargo, debemos resaltar que el hecho de establecer interacciones entre los errores estandarizados implica que existe una fuente de covariación ajena en el modelo propuesto. En concreto, la covariación existente entre los items 21 y 28 del factor regulación introyectada y 20 y 27 del factor MI al logro respectivamente, es coherente con estudios anteriores que encuentran fuertes correlaciones positivas entre ambos factores a pesar de encontrarse alejados en el contínuo que propone la teoría de la autodeterminación (Fairchild et al., 2005; Núñez et al., 2005; Vallerand et al., 1989); además, la covariación entre los items 3 del factor regulación identificada y 2 del factor MI al conocimiento puede deberse a un solapamiento entre dos subescalas que son adyacentes en el contínuo tal y como afirma Cokley (2000); por último, la covariación entre los items 11 y 18 pertenecientes al mismo factor MI a las experiencias estimulantes puede deberse a que ambos items hacen referencia a un aspecto concreto dentro del factor como es la satisfacción que reporta la lectura.
El ajuste del modelo conseguido en el presente estudio es más similar al obtenido en la validación española (Núñez et al., 2005) que a la validación en lengua inglesa (Vallerand et al., 1992) lo que puede ser atribuible al hecho de que ambas muestras son hispanohablantes. En este sentido, las diferencias que se producen en la configuración factorial entre los distintos estudios pueden deberse a una interpretación distinta de los items de la EME en función de variables de tipo cultural y social.
En lo que se refiere al análisis de las correlaciones entre las subescalas de la EME observamos que, en general, se sostiene el postulado de Deci y Ryan (1985) referido a la presencia de un continuo de autodeterminación, desde la amotivación a la MI, en el que las subescalas adyacentes muestran correlaciones más altas que aquellas opuestas en el continuo. No obstante, la subescala de regulación introyectada presenta una correlación más alta con MI al logro que con su dimensión adyacente regulación identificada, siendo este resultado semejante a los encontrados por estudios anteriores (Cokley, et al. 2001; Fairchild, et al., 2005; Núñez, et al., 2005; Vallerand,1989; Vallerand et al., 1993) y coherente con los resultados encontrados en el análisis factorial confirmatorio del presente estudio. Esta desviación de la teoría podría estar indicando una inadecuada construcción de los items (Fairchild, et al., 2005) o bien que la diferencia entre los constructos de ME y MI no son tan categóricos como propone la teoría de la autodeterminación (Cokley, 2000). Respecto a este último aspecto, las dimensiones de MI han correlacionado de forma alta y positiva con el autoconcepto académico tal y como predice la teoría presentando correlaciones cercanas a cero en las escalas más extrínsecas, resultado similar al encontrado en otras investigaciones (Cokley et al., 2001; Fairchild et al., 2005; Núñez et al. 2005). Esto respaldaría el planteamiento original de la teoría de la autodeterminación, con lo cual se hace más probable la hipótesis de que la construcción de los items de las dimensiones regulación introyectada y MI al logro debería ser revisada en futuras investigaciones.
En cuanto a la consistencia interna de cada una de las subescalas ha sido similar a las encontradas en estudios anteriores (Cokley et al., 2001; Fairchild et al., 2005; Núñez et al., 2005; Vallerand et al., 1989, 1992). En todos los casos, la subescala que obtiene un valor más bajo es la de regulación identificada, que al estar más próxima a las subescalas de MI podría solaparse y generar una cierta ambigüedad.
Por otra parte, los resultados encontrados en el análisis de medias revelan diferencias significativas de género en las subescalas de amotivación, regulación externa y MI al conocimiento. Sin embargo, al margen de la significación estadística, las puntuaciones de hombres y mujeres son similares en todas las dimensiones aunque en general las mujeres presentan un perfil más autodeterminado que los hombres al mostrar las medias más altas en las tres dimensiones de MI, de forma similar a los resultados encontrados en muestras canadienses (Vallerand et al., 1992), griegas (Tsorbatzoudis, Barkoukis, & Grouios, 2001) y españolas (Núñez et al., 2005).
Finalmente, en futuras investigaciones sería necesario probar la estructura factorial del instrumento en distintos contextos socioeducativos latinoamericanos, revisar la construcción de los items con especial énfasis en las dimensiones regulación introyectada y motivación intrínseca al logro y, finalmente, investigar en mayor medida el continuo que propone la teoría de la autodeterminación con la finalidad de analizar si la MI y la ME se sitúan dentro de un mismo continuo o no.
Como conclusión, los resultados de la presente investigación aportan evidencias que apoyan la validez de constructo y la consistencia interna de la EME aunque con ciertas limitaciones, lo que permite la utilización del instrumento en el contexto educativo paraguayo para evaluar diferentes tipos de motivación.

Referencias
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Cokley, K. O., Bernard, N., Cunningham, D., & Motoike, J. (2001). A psychometric investigation of the Academic Motivation Scale using a United States sample. Measurement and Evaluation in Counselling and Development, 34, 109- 119.
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Hu, L., & Bentler, P. M. (1999). Cut-off criteria for fit indexes in covariance structure analysis: Conventional criteria versus new alternatives. Structural Equation Modelling, 6(1), 1-55
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jueves, 19 de enero de 2012

                               La influencia de la  motivación como factor de deserción
Maquilón y Hernández (2011), definen el termino de motivación como una palabra de origen latino “motus” que significa movimiento y cuando se refiere al hombre, es agitación del espíritu y sacudida, siendo un constructo hipotético usado para explicar la dirección e intensidad de la conducta dirigida hacia un objeto (Good y Brophy, 1990).

Hernández (2005), menciona que existen diferentes factores que pueden fortalecer la motivación en los estudiantes, como enlazar los conocimientos nuevos con los ya adquiridos; utilizar material significativo; organizar las experiencias de aprendizajes en función de los estudiantes y no de la comodidad del docente, plantear en las clases expectativas, que provoque interés para la siguiente lección, organizar el contenido, todo esto con el fin de promover el interés de los alumnos.

González (1996), aborda la motivación como un proceso complejo, ya que abarca componentes como las percepciones que el sujeto tiene de si mismo y de las tareas que va a realizar, las actitudes, intereses, expectativas, y las diferentes representaciones mentales, sobre las metas que pretenden alcanzar dentro del contexto educativo.

Hernández (2005),  se pregunta qué tan necesaria es la motivación para que se lleve a cabo el aprendizaje, esto ha ocasionado diversas controversias, sin embargo menciona que existen diferentes posturas tanto las que afirman que ningún aprendizaje se realiza si no existe motivación y las que exponen que esta variable no influye de manera significativa.

Sin embargo desde su postura Hernández (2005), aborda la motivación como influencia directa en el proceso de enseñanza- aprendizaje, siendo este uno de los principales objetivos de los profesores; motivar a los estudiantes. La falta de motivación es una de las principales causas importantes que se debe valorar en el fracaso de los estudiantes. Además la motivación se divide en diferente subcategorías como la motivación extrínseca, intrínseca y la motivación al logro.

miércoles, 18 de enero de 2012

Definiciones de motivación:

Motivación: factor dinámico, del comportamiento animal y humano que activa y generalmente dirige a un organismo, hacia una meta (Galimberti, 2006).

Otra definición es la que aporta Maslow (1972), quien refiere  que el hombre esta motivado cuando  siente deseo, anhelo, voluntad ansia y carencia.

Motivación al logro: pretende incluir un rango completo de conductas humana, especialmente las estructuras y procesos cognitivos que influyen en la conducta de manera fenomenológica (consciente), destacando la importancia del yo (autopercepción, autoconcepto, autoestima), (Weiner, 1986).

Motivación extrínseca: se caracteriza por la búsqueda  de una recompensa, lo que permite visualizar el logro como una experiencia (Medellín, 2010).

Motivación intrínseca: aquellas que son realizadas por el interés que genera la propia actividad, y no se contempla como un medio para alcanzar otras metas (Rianudo, 2003).

Deserción escolar: Los estudiantes adoptan, comportamiento de abandono  escolar, sin embargo las causas pueden ser diversas (Tinto, 1985).

martes, 17 de enero de 2012


 

Motivación extrínseca.
La motivación extrínseca se caracteriza como la que lleva al individuo a realizar determinadas acciones, buscando satisfacer otros motivos que no están relacionados con la actividad en si, sino que es buscando alcanzar otras metas, en el contexto educativo seria, obtener buenas calificaciones, lograr reconocimiento social, evadir el fracaso, y generar diferentes formas de recompensas (Rinaudo, 2003).

Respecto a la motivación extrínseca, Hernández (2005), menciona algunas metas que buscan los alumnos del contexto social, clasificándolas en distintas categorías:

-         Metas relacionadas con la tarea: esta motivación hace que el individuo sea más persistente. El logro de esta meta se da cuando el estudiante logra tomar consciencia de que ha superado la tarea y ha mejorado en las áreas de interés.
-         Metas relacionadas con el ego: el relacionarse el estudiante con otros, se tiene percepciones del mundo que se forma, desde la historia personal de los individuaos, el sentimiento de superioridad ante el otro, o desmostándoles su capacidad y destreza propia.
-         Metas relacionada con la valoración social: cuando el individuo se enfrenta a la sociedad, se desarrolla la necesidad de aceptación y reconocimiento de las virtudes y aprobación de las personas que los rodean, específicamente de los padres y maestros.
-         Metas relacionadas con la consecución de recompensas externas: este factor está vinculado con el acceso a una posición social, un estatus económico, o el reconocimiento a través de becas, premios y certificados.

Así mismo Hernández (2005), menciona que el docente debe crear estrategias que faciliten la necesidad en el alumno por alcanzar un determinado aprendizaje, ya que el principal objeto de estudio es hacer el objeto interesante por lo tanto hará que la necesidad se incremente. Estas necesidades deben de ser satisfechas de forma equilibrada para que permita la construcción de conocimientos y aprendizajes. 

lunes, 16 de enero de 2012

sábado, 14 de enero de 2012

LA MOTIVACIÓN COMO FACTOR DE DESERCIÓN ESCOLAR UNIVERSITARIA



La deserción escolar en el nivel universitario es un problema de antaño, aun cuando ha disminuido en las últimas décadas, es considerado una adversidad en contra del sistema educativo en cualquier país. Sin embargo se reconoce que la educación no debe condicionar si no aportar, es decir debe involucrar a los jóvenes con la vida laboral.

Lagunas (2008), realiza una investigación a la cual denominó, La deserción escolar Universitaria en México. La experiencia de la Universidad Autónoma Metropolitana, donde se estudió la deserción en las Ciencias Biológicas y de la Salud, Ciencias Sociales y Humanidades, cuya investigación trata de responder a la pregunta de cuáles son las causas de la deserción  en los estudiantes de estas carreras. Encuentra además que de los rasgos sociales el sexo no es un factor estadísticamente significativo en la explicación de la deserción, aun cuando a través de la historia las mujeres han registrado menor índice de baja y abandono acádemico que los hombres.

Hernández (2004), realiza una investigación a la cual denomino “Factores de riesgo para la deserción de estudiantes en la Facultad e Medicina de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí (UASLP), México”, en la cual especifica que dicha facultad presenta porcentaje anual del 10% en deserción, sin embargo solo logran ingresar a la misma el 15 % de los alumnos que presentan examen de admisión, denotando que la principal razón de deserción fue ocasionada por problemas académicos, seguidos por problemas familiares, de salud, económicos y finalmente los conflicto de vocación. 

Por su parte Martínez (2011), realizó una investigación denominada “AUTO- MOTIVACIÓN Y RENDIMIENTO ACADÉMICO EN EL ESPACIO EUROPEO DE EDUCACIÓN SUPERIOR” en ella considera a la motivación como una competencia para las actividades académicas e incluso para la vida diaria. Relacionándola directamente con el rendimiento académico, siendo una competencia de proceso que integra aspectos vinculados a la cognición, emoción y conducta .

Es este estudio Martínez (2011), aborda la importancia que ha tomado en la última década la relación que existe entre la inteligencia emocional y el rendimiento académico, abordándola como parte del tema actual de las competencias, esto con el fin de que el estudiante regule el rendimiento académico. 

Algunas de las principales aportaciones de este trabajo de investigación es que considera que la motivación constituye un proceso de regulación, una competencia que incluye aspectos cognitivos, afectivos, sociales y conductuales. Además resalta que el estudiante universitario debe de poseer su anotomía, hacerse responsable y hacerse cargo de sí, de tal manera que se considera que auto motivación es una competencia de los jóvenes.

Las conclusiones que obtiene Martínez(2011), es que la motivación es determinante en la rendimiento académico, además cuando un estudiante percibe la motivación y crea estrategias para contrarrestarlas tratando de encontrar la ventajas de seguir encontrando lo positivo de la situación, tendrá mejores resultados académicos.

Además encuentra que existe una alta correlación entre auto-motivación y rendimiento académico. Siendo la auto- motivación la que presenta más influencia que otros factores en el rendimientos escolar, en los contextos educativos el desenvolvimiento autónomo  y responsable mediante acciones estratégicas, de regulación, de cuidado y apoyo, que permita al estudiante automotivarse y para prevenir la desmotivación.

Además se obtiene mejor rendimiento si los estudiantes que poseen estructuras de motivación de logro, logran asociarlos con procesos estratégicos, los estudiantes que se auto-motivan en el proceso de enseñanza -  aprendizaje se caracterizan por:

a)    Activan meta- cognición: planificación, controlan organizan y dirigen sus proceso mentales, emociones, sus conductas son auto reflexivos.
b)    Tiene sentido de auto- eficacia.
c)    Usan estrategias cognitivas.
d)    Poseen creencias motivacionales y emociones adaptativas respecto a si mismo y las tareas.
e)    Usan estrategias profundas y significativas en lo que hacen.
f)     Planifican y controlan el tiempo y el esfuerzo, a través de la persistencia.
g)    Solicitan de manera oportuna ayuda.
h)   Utilizan estrategias volitivas para estar concentrados y esforzados, tratando de evitar distracciones internas y externas.

Calderón (2009) y González (2005),  coinciden clasificando la deserción en dos momentos en tiempo y espacio. De acuerdo al apartado de tiempo divide la deserción en dos fases, la precoz y temprana, la primera hace referencia aquellos estudiantes que realizan todo el proceso de ingreso pero no se matriculan de manera formal y la segunda son los que abandonan los estudios en los cuatro primero semestres, en contraste con esta forma de deserción se identifica también la tardía en donde los estudiantes abandonan los estudios universitarios a partir del quinto semestre.

De acuerdo con lo anterior, y en el contexto geográfico de la presente investigación, en la UAS la problemática, se presenta de manera muy similar, la deserción se presenta más frecuente durante los primeros dos años de estudio, sin embargo es más común,  en el primer grado, por tal motivo la fase de campo se desarrollará e la etapa temprana de la problemática manifestada en los primeros dos semestres.

Regresando a la investigación de Calderón (2009), quien maneja la diferenciación entre el tiempo y espacio, de acuerdo con este último, se presenta la deserción institucional que es característico cuando el alumno(a), abandona la universidad y la deserción interna o del programa académico y ser caracteriza cuando el estudiante decide cambiar la elección de programa por otro que ofrece la misma institución universitaria.

Díaz (2008), realizó una investigación a la cual denominó Modelo conceptual para la deserción estudiantil universitaria Chilena, donde abordó el estudio de un modelo conceptual que explica deserción/permanencia, como resultado de la motivación y concluye que la deserción de los estudiantes es el resultado de la combinación y efecto de distintas variables.

Díaz (2008) coincide con Pérez (2009), en que son distintos factores los que influyen en la deserción universitaria. Sin embargo encuentra características preuniversitarias, institucionales, familiares, individuales y las expectativas laborales, influyendo en la motivación del estudiante y esta provoca un efecto positivo o negativo incrementado o disminuyendo la posibilidad de permanecer en la institución.

Pérez (2009), resalta la influencia de las variables como la personalidad, vinculados, además la motivación y el aprendizaje tienen una estrecha relación con el contexto escolar y las relaciones familiares que se establezcan, de tal manera, que el contexto social es un factor determinante en la vida de las personas y especialmente en las decisiones que tomen los estudiantes universitarios para definir su futuro profesional y laboral.

Continuando con Pérez, quien menciona, que para el aprendizaje académico es necesario que los alumnos se encuentren motivados al estudio, hacia la resolución de tareas académicas. Resaltando la especial relevancia a variables como las expectativas del alumno(a), su percepción del contexto institucional, sus intereses, sus metas y actitudes para la realización de las diferentes tareas que le serán encomendadas. Estas variables determinarán el esfuerzo que el estudiante este dispuesto aportar para obtener éxito académico.